Passe pela casa de partida e receba 2000$
Fazer contas de cabeça e esticar,
esticar, esticar … até ao fim do mês. Maldito guito que nos moe o
juízo. Ainda dizem que o dinheiro não traz felicidade! Sei que não a dá, só por
si, mas a sua ausência pode tornar-nos infelizes, isso é certinho. Pelo menos,
nas sociedades ocidentais – há outras culturas, mais sábias, que conseguem
separar a pobreza da felicidade e essa astúcia fá-las menos sofredoras - em que
se teme que a felicidade escape entre os dedos quando não se atinge X número de
bens materiais. Fomos, assim, moldados para trabalhar e ter dinheiro! Adquirir,
consumir… casas, carros, roupas e afins. Dinheiro na conta, poupado – mesmo que
pouquinho - para alguma eventualidade. E, sem ar, entalados ficamos, quando
desenhamos castelos no ar, rascunhamos o melhor dos planos e… o raio do carro –
o velho cancro que nos leva para
quase todo o lado - avaria! Lá fogem mais umas centenas de euros para o
mecânico. Ter dinheiro pode não dar felicidade, mas dá liberdade - pode parecer
mesquinho dizê-lo. Liberdade para escolher. Liberdade para dizer “não quero
mais isto!”, quando não temos pachorra
para aturar o chefe autoritário. Liberdade para viajar - como nos filmes – sem
ter de saber somar e subtrair, fechar os olhos e comprar uma passagem de avião
para qualquer parte do mundo.
Venho de uma casa em que não houve muita
fartura. Não que me tivesse faltado nada de substancial, todavia, percebi,
desde cedo, o significado do sacrifício. Pela mão dos meus pais, labutantes
dedicados, e, para os quais, por circunstâncias diversas, o dinheiro nunca foi propriamente
abundante - em alguns momentos, escasso – aprendi que para ter coisas, teria de
batalhar. Nada é de mão beijada. E
leva tempo! Há uma imagem que conservo na memória que ilustra o instante em que
tive a noção do que era o dinheiro: o meu pai a tirar umas notas todas
emaranhadas do seu bolso das calças de ganga. Lembro-me de olhar para cima e
achar aquilo complicado - não era nada como as notas de “monopólio”, tão fáceis
de adquirir, bastava, para tal, passar pela ‘casa de partida’ e recebíamos,
automaticamente, 2000$.
Hoje agradeço as lições de esforço e sacrifício.
Cada uma delas – e conto com várias – tornaram-me mais resistente aos
obstáculos que vão aparecendo. Continuo a encarar o dinheiro como uma
ferramenta que me pode dar mais liberdade para viver e aumentar a qualidade da
vida dos meus. Porém, sou consciente que o dinheiro não é tudo – outra valiosa lição.
Aliás, é mesmo poucachinho quando não
existe o essencial: saúde, paz e amor. Já diziam os Beatles: “The best things in life are free”! O dinheiro
não passa de um pedaço de papel que nos transforma em escravos e mesquinhos, se
o deixarmos. Basta olhar em volta e vemos tantas injustiças!
De vez em quando, gosto de bisbilhotar
biografias de personalidades históricas. Embora soubesse que o José Saramago
tinha origens humildes, não fazia ideia da sua infância e adolescência em
situação de pobreza. Apesar de excelente aluno, Saramago abandonou os
estudos regulares por falta de meios e só teve acesso a livros depois dos 19
anos de idade. Com efeito, o sonho de escrever esteve sempre presente e a sua
tenacidade fazia com que fosse devorar livros para uma biblioteca municipal, noites a fio,
depois das jornadas de trabalho.
Há muitos exemplos bonitos e
inspiradores que nos fazem olhar além do… dinheiro. Trabalhar para viver ou
viver para trabalhar? Tantas pessoas, pelo mundo fora, continuam as suas
batalhas e as suas contas de cabeça. São a inspiração – pelo menos para mim -
para continuar a sonhar com a casa de partida do jogo Monopólio (versão oldschool). Com muito trabalho e uma boa
dose de sorte, talvez um dia, os dados saiam a nosso favor…
Now give me money
That's what I want
That's what I want, yeah
That's what I want
(In “Money”, The Beatles, 1963)
____________________________________________________________________________
A veces, me gusta chusmear biografías de personajes históricos. A pesar de saber que José Saramago (escritor premio nobel portugues) era de origen humilde, no tenía idea de su infancia y adolescencia en situación de pobreza. Era un estudiante excelente, sin embargo, tuvó que abandonar los estudios regulares por falta de medios y sólo tuvó acceso a libros después de los 19 años de edad. De hecho, el sueño de escribir siempre ha estado presente y su tenacidad lo llevó a leer en las bibliotecas públicas, todas las noches, después del trabajo.
____________________________________________________________________________
Texto en Español
“Cada vez que pasen
por la casilla de salida recibirán de la banca 20.000 pesos”
Hacer cálculos de
cabeza y estirar, estirar, estirar... hasta fin del mes. Maldita la guita que nos maquina la mente. Aún dicen que
el dinero no compra la felicidad! Yo sé que no, pero su ausencia puede
hacernos infelices, eso es cierto. Por lo menos en las sociedades occidentales
- hay otras culturas, más sabias, que saben separar la pobreza de la felicidad
y esta astucia les da menos sufrimiento - donde se teme que se escape la felicidad entre los dedos, cuando no se alcanza un número X de bienes materiales. Así, nos
enseñaron a trabajar y a tener dinero! Adquirir, consumir... casas, autos,
ropa y similares. Dinero en el banco - aunque poquito - para cualquier
eventualidad. Y sin aire, no quedamos atrapados cuando dibujamos el mejor de
los planes... y el auto se rompe – ese viejo compañero que nos lleva a casi todos lados! Ya se van más unos cientos de euros para el mecánico. Tener dinero puede no
traer felicidad, pero te da libertad - puede parecer duro decirlo, pero es
verdad. Libertad de elegir. Libertad de decir "no quiero esto!"
cuando ya no soportamos más al jefe autoritario. Libertad para viajar - como en
las películas - sin tener que aprender a sumar y a restar, cerramos los ojos y
compramos un pasaje de avión para cualquier parte del mundo.
Vengo de un hogar
donde no había mucha abundancia. No es que me hubiese faltado algo sustancial,
sin embargo, me di cuenta, desde muy temprano en la vida, del significado del
sacrificio. De la mano de mis padres, laburantes dedicados, y para quien, por
diversas razones, el dinero nunca fue abundante - a veces, escaso - he
aprendido que para tener las cosas, tendría que luchar. No hay nada garantido. Y se
necesita tiempo! Hay una imagen que guardo en la memoria que ilustra el momento
en que tuve la idea de lo que era el dinero: mi papá buscando billetes el
bolsillo de sus jeans, los billetes todos enredados.
Recuerdo que miré hacía arriba y se me resultaba difícil - no era nada como en
el juego de tablero "Monopoly" en que los billetes eran tan fáciles
de adquirir, segundo las reglas: “cada vez que pasen por la casilla de salida
recibirán de la banca 20.000 pesos”.
Hoy doy gracias por
las lecciones de esfuerzo y sacrificio. Cada una de ellas - y cuento muchas -
me han hecho más resistente a los obstáculos que aparecen. Considero el dinero
como una herramienta que me puede dar más libertad para vivir y aumentar la
calidad de vida de mi gente. Sin embargo, soy consciente de que el dinero no lo
es todo - otra lección valiosa. De hecho, es muy poquito cuando no hay lo
esencial: salud, paz y amor. Ya decian los Beatles: "Las mejores cosas de
la vida son gratis"! El dinero es sólo un pedazo de papel que nos
convierte en esclavos y mesquinos, si lo permitimos. Basta con mirar alrededor y
ver tanta injusticia!
A veces, me gusta chusmear biografías de personajes históricos. A pesar de saber que José Saramago (escritor premio nobel portugues) era de origen humilde, no tenía idea de su infancia y adolescencia en situación de pobreza. Era un estudiante excelente, sin embargo, tuvó que abandonar los estudios regulares por falta de medios y sólo tuvó acceso a libros después de los 19 años de edad. De hecho, el sueño de escribir siempre ha estado presente y su tenacidad lo llevó a leer en las bibliotecas públicas, todas las noches, después del trabajo.
Hay muchos ejemplos bellos
y inspiradores que nos hacen mirar más allá del dinero .... Trabajar para vivir
o vivir para trabajar? Así que muchas personas en todo el mundo, siguen sus
batallas y su aritmética mental. Ellas son la inspiración - al menos para mí -
para seguir soñando con la casilla de salida del Monopoly (versión antigua). Con
trabajo duro y una buena dosis de suerte, tal vez un día, los datos salgan a
nuestro favor ..
Money,
Now give me money
That's what I want
That's what I want, yeah
That's what I want
(In “Money”, The Beatles, 1963)
Comentários
Enviar um comentário