Nunca é bom dia para se receber a Morte

 

Gosto do filme “Meet Joe Black” (1998), em que a morte surge, no plano terreno, encarnada no corpo do Brad Pitt – suspeito que muita gente terá pensado que dessa forma não será tão mau falecer! Brincadeiras à parte, nesta película, a morte mostra-se flexível, ao negociar o momento da partida com a personagem principal. Confesso que cultivei a esperança de que algo do género também pudesse ocorrer na realidade.

Nunca é bom dia para receber a morte dos que mais amamos, mas o começo do ano traz um gosto amargo consigo. Quando as perdas se dão nesta época, parece que não bate certo, dá vontade escrever no livro de reclamações do Universo. Então, vimos do clima das festas natalícias, das mensagens “paz e amor”, “tudo é possível” e, de repente, sem qualquer aviso prévio, a vida tira-nos o tapete?!

- Eu não me inscrevi para isto! – foi o que pensei quando fui apresentada, sem grandes cerimónias, à Morte, no arranque do ano de 1997.

Talvez isso explique porque me sinto envolta numa espécie de névoa quando se aproxima o 10 de janeiro. Por mais tempo que passe, a minha alma não deixa de responder à marcação cronológica do acontecimento que ditou, por completo, o rumo da minha existência.

Hoje tenho a certeza de que o luto corresponde a um processo para toda a vida. Nem de longe, nem de perto, se fica “curado” desta “doença”. Aprende-se a viver com a patologia e sei, por experiência, que ela nos torna resilientes. A dor ensina-nos tanto sobre a vida, mas sobretudo, sobre nós mesmos – e, também, há que saber agradecer-lhe por isso.

Dentro da névoa que se me cola a mim nesta altura do ano, permanecem a saudade e as memórias. Uma tristeza que não termina agarrada à esperança de que continuamos juntas, de alguma forma, para todo o sempre.

10.01.1997, Mãe.

Para nós, nunca será um bom dia…

Texto en Español

Nunca es un buen día para recibir a la Muerte

Me gusta la película "Meet Joe Black" (1998), en que la muerte surge, en el plano terreno, encarnada en el cuerpo de Brad Pitt - ¡sospecho que mucha gente habrá pensado que así no es tan malo morir! Bromas aparte, en esta película, la muerte se muestra flexible, al negociar el momento de la partida del personaje principal. Confieso que cultivé la esperanza de que algo así también pudiera ocurrir en la realidad.

Nunca es un buen día para recibir la muerte de los que más amamos, pero el comienzo del año trae consigo un sabor amargo. Cuando las pérdidas se dan en esta época, parece que no cuadra, dan ganas de ir a golpear a la puerta de la oficina del Universo para escribir en el libro de reclamaciones. Entonces, venimos del clima de las fiestas navideñas, de los mensajes "paz y amor", "todo es posible" y, de repente, sin ningún aviso previo, la vida nos quita la alfombra?!

- Yo no me inscribí para esto! - fue lo que pensé cuando me fue presentada la Muerte, sin grandes ceremonias, el inicio del año 1997.

Quizás eso explique por qué me siento envuelta en una especie de niebla cuando se acerca el 10 de enero. Por más tiempo que pase, mi alma no deja de responder a la marca cronológica del acontecimiento que dictó, por completo, el rumbo de mi existencia.

Hoy estoy segura de que el duelo corresponde a un proceso para toda la vida. Ni de lejos, ni de cerca, se queda "curado" de esta "enfermedad". Se aprende a vivir con la patología y sé por experiencia que nos hace resistentes. El dolor nos enseña tanto sobre la vida, pero sobre todo, sobre nosotros mismos - y también hay que saber agradecerle por eso.

Dentro de la niebla que se me pega en esta época del año, permanecen la nostalgia y los recuerdos. Una tristeza que no termina aferrada a la esperanza de que sigamos de alguna manera juntas...para siempre.

10.01.1997, Mamá.

Para nosotros, nunca será un buen día...

Comentários

Mensagens populares