Argentina, 1985

 

Parece que o “país do fim do mundo” tem estado na ribalta, ultimamente. Depois do Campeonato do Mundo, agora a Argentina destaca-se por ganhar um Globo de Ouro para Filme Estrangeiro. Não é de hoje que o cinema argentino é reconhecido pela sua qualidade, com vários filmes premiados ao longo dos anos.

Ontem acabei por ver o filme “Argentina, 1985”, protagonizado por Ricardo Darin, um dos melhores atores do planeta. Confesso que estava com bastantes expectativas, pelo que tinha acompanhado nas notícias, nas últimas semanas. No entanto, a minha expectativa ficou muito aquém do produto apresentado em 2 horas. Quando digo isto, refiro-me ao estado emocional que o filme desencadeou na minha pessoa - uma reflexão e uma comoção enorme.


Nesta reflexão, dei-me conta que eu nasci no tempo de ditadura militar na Argentina - nunca me detive a pensar sobre isso porque, na verdade, eu era muito pequena e pouco tempo depois, a minha família emigrou para Portugal. Em idades precoces, o nosso desenvolvimento vai sendo marcado pelo contexto no qual estamos inseridos, ficando as origens cada vez mais afastadas, como sinal de adaptação e sobrevivência. Fui-me apercebendo da minha ligação com a ancestralidade e com as minhas raízes num tempo mais avançado da minha vida, em que o trabalho de autoconhecimento despertou, ainda mais, o bichinho de querer ligar os pontos da minha história.

E da minha história também faz parte a História do país que me viu nascer. A terra de muitos dos meus antepassados e de pessoas que tanto amo que continuam a viver, diariamente, ali. Honrar as nossas raízes é dar voz à memória.

Para quem não sabe, houve um autêntico genocídio na Argentina, nos anos 1976 a 1983, que violou massivamente os direitos humanos e causou o desaparecimento de centenas de pessoas - muitas das quais, até hoje, não se sabe o que lhes aconteceu. A nível internacional, a ditadura argentina contou com o apoio ativo do governo dos Estados Unidos e a tolerância dos países europeus, a União Soviética e da Igreja Católica.

Nesse contexto, o filme “Argentina, 1985” retrata a coragem de uma equipa de procuradores, liderada por Julio Strassera e Luis Moreno Ocampo, que ousou investigar e processar a sangrenta ditadura militar argentina. Este julgamento foi um percurso difícil, em que as testemunhas e todos os envolvidos no processo correram risco de vida, combateram a opressão e o esquecimento, em nome da Liberdade.

Arrepiei-me, de cima a baixo, na cena final do filme. Não há nada comparável com a Liberdade. E nós, os que gozamos diariamente dela, passamos o tempo a menosprezar a sua importância. Hoje posso escrever sobre Democracia porque aquele julgamento aconteceu; foi reposta alguma justiça - ainda que não a suficiente - na vida do meu país e do mundo.

Vale a pena não esquecer, vale a pena apelar, como se diz no filme, para que atrocidades daquelas jamais se repitam:

- “NUNCA MÁS”!

Máma, la libertad siempre la llevarás
Dentro del corazón
Te pueden corromper, te puedes olvidar
Pero ella siempre está
(“Inconciente Colectivo”, de Charly García)


Texto en Español

Argentina, 1985

Parece que la “tierra del fin del mundo” ha estado en el punto de mira últimamente. Luego de la Copa del Mundo, Argentina ahora se destaca por ganar un Globo de Oro de la Película Extranjera. No es novedad que el cine argentino sea reconocido por su calidad, con varias películas premiadas a lo largo de los años.

Ayer terminé viendo la película “Argentina, 1985”, protagonizada por Ricardo Darín, uno de los mejores actores del planeta. Confieso que tenía muchas expectativas, en base a lo que había visto en las noticias, en las últimas semanas. Sin embargo, mis expectativas quedaron muy por debajo del producto presentado en 2 horas. Cuando digo esto, me refiero al estado emocional que me provocó la película, una reflexión y una emoción enorme.

En esa reflexión me di cuenta de que nací durante la dictadura militar en Argentina, nunca me detuve a pensar en ello porque, en realidad, era muy joven y al poco tiempo mi familia emigró a Portugal. A edades tempranas, nuestro desarrollo está marcado por el contexto en el que estamos insertos, siendo nuestros orígenes cada vez más lejanos, como signo de adaptación y supervivencia. Empecé a darme cuenta de mi conexión con mi ascendencia y con mis raíces en un momento posterior de mi vida, en el que el trabajo de autoconocimiento despertó, aún más, el gusanillo de querer conectar los puntos de mi historia.

Y mi historia incluye también la historia del país donde nací. La tierra de muchos de mis ancestros y personas que tanto amo y que siguen viviendo allí todos los días. Honrar nuestras raíces es enfatizar la memoria.

Para quien no lo sepa, hubo un auténtico genocidio en Argentina, de 1976 a 1983, que violó masivamente los derechos humanos y provocó la desaparición de cientos de personas, muchas de las cuales, hasta el día de hoy, nadie sabe qué pasó con ellas. . A nivel internacional, la dictadura argentina contó con el apoyo activo del gobierno de los Estados Unidos y la tolerancia de los países europeos, la Unión Soviética y la Iglesia Católica.

En ese contexto, la película “Argentina, 1985” retrata la valentía de un equipo de fiscales, encabezado por Julio Strassera y Luis Moreno Ocampo, que se atrevió a investigar y enjuiciar a la cruenta dictadura militar argentina. Este juicio fue un camino difícil, en el que los testigos y todos los involucrados en el proceso corrieron el riesgo de su vida, luchando contra la opresión y el olvido, en nombre de la Libertad.

Me estremecí, de arriba abajo, en la escena final de la película. No hay nada comparable a Libertad. Y nosotros, que lo disfrutamos a diario, pasamos el tiempo menospreciando su importancia. Hoy puedo escribir sobre Democracia porque ese juicio sucedió; se ha restablecido algo de justicia, aunque no la suficiente, en la vida de mi país y del mundo.

Vale la pena no olvidar, para que podamos gritar, como dice la película, que nunca más vuelvan a pasar cosas así:

- "NUNCA MÁS"!

“Máma, la libertad siempre la llevarás
dentro del corazon
Puedes ser corrompido, puedes ser olvidado
Pero ella siempre lo es”
(“Inconsciente Colectivo”, de Charly García)

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