Para onde voam os sonhos inacabados?

 

Intuo que existe uma força interna que nos torna especiais. Cada pessoa é única e o conteúdo da sua vontade também é distinto, muitas vezes não se encontrando uma razão objetiva para tal. Acredito que a energia da criatividade está presente em todos os seres humanos, mesmo havendo quem não se sinta particularmente inventivo.

Somos providos de dons, os quais podemos desenvolver ou não, por diversos motivos. O grau de concretização e de desenvolvimento dos talentos varia conforme as circunstâncias, as oportunidades e o nível de consciência de cada um, obviamente. Há alturas em que não temos noção daquilo que nos dá verdadeiramente prazer e no que podemos ser estupendos, simplesmente porque é a “nossa praia”.

Por exemplo, para mim, fazer contas, tratar de impostos e burocracias representam um autêntico pesadelo, uma vez que não são áreas que se fundem com a minha essência. Pelo contrário, comunicar, escrever e dar asas à imaginação são tarefas em que navego em modo cruzeiro, de tão leves que se apresentam. Isso não significa que não exija empenho – tudo implica alguma dose de “suor” – mas o processo revela-se gratificante e vale por si só.

Neste contexto, tenho-me interrogado sobre “para onde voam os sonhos inacabados?” Para onde correm as vontades e os desejos quando se chega ao fim desta estrada? Mas, na verdade, não consigo formular uma resposta correta e completa – aliás, como acontece na maioria das questões existenciais. Gosto de pensar que a força dos sonhos não se esgota e percorre tempo e espaço, servindo de alimento a outras pessoas e situações. Os dons acabam por circular como peças soltas de um puzzle, até encontrarem o local exato de encaixe. Nessa altura, o sonho materializa-se.

Recentemente, vim a saber que a minha mãe tinha um dom para a escrita que não teve oportunidade de desenvolver. É uma pena verificarmos que alguém deixou sonhos por realizar, sendo um desperdício de potencial para o mundo! Mas, se olharmos de outro prisma, e acreditarmos que a energia continua a mobilizar-se, podemos reencontrar aquele talento como herança noutras pessoas e gerações.

E é exatamente assim que sinto a minha escrita: um dom que recebi e que me impulsiona de forma magnética. Também tenho a certeza de que a minha mãe continua viva em cada texto meu. Juntas escrevemos, escrevemos, escrevemos e o sonho não acaba…

“Tenho em mim todos os sonhos do mundo.”

(Fernando Pessoa)

Texto en español

¿Adónde vuelan los sueños inacabados?

Intuyo que hay una fuerza interna que nos hace especiales. Cada persona es única y su voluntad también es distinta, no se encontrándo una razón objetiva para ello. Creo que la energía de la creatividad está presente en todos los seres humanos, aunque algunos no se sientan particularmente inventivos.

Tenemos dones, los cuales podemos desarrollar o no, por diversos motivos. El grado de realización y desarrollo de los talentos varía según las circunstancias, las oportunidades y el nivel de conciencia de cada uno, obviamente. Hay momentos en los que no nos damos cuenta de lo que nos da verdaderamente placer y de lo que podemos ser estupendos, simplemente porque es "nuestra playa".

Por ejemplo, para mí, hacer cuentas, hacer frente a los impuestos y a la burocracia es una verdadera pesadilla, ya que no son ámbitos que se funden con mi esencia. Por lo contrario, comunicar, escribir y dar alas a la imaginación son tareas en que navego en modo crucero, de tan ligeras que se muestran. Esto no significa que no requiera compromiso - todo implica alguna dosis de "sudor" - pero el proceso resulta gratificante y vale por sí mismo.

En este contexto, me he preguntado: "¿Adónde vuelan los sueños inacabados?" ¿Adónde van los deseos y las voluntades cuando se llega al final de este camino? Pero, en verdad, no consigo formular una respuesta correcta y completa - además, como sucede en la mayoría de las cuestiones existenciales. Me gusta pensar que la fuerza de los sueños no se agota y recorre tiempo y espacio, sirviendo de alimento a otras personas y situaciones. Los dones terminan circulando como piezas sueltas de un rompecabezas, hasta que encuentran el lugar exacto de encaje. En ese momento, el sueño se materializa.

Recientemente, descubrí que mi mamá tenía un don para la escritura que no tuvo la oportunidad de desarrollar. ¡Es una pena ver que alguien ha dejado que los sueños no se hagan realidad, siendo un desperdicio de potencial para el mundo! Pero si miramos desde otro ángulo y creemos que la energía sigue movilizándose, podemos recuperar ese talento como herencia en otras personas y generaciones.

Y así es exactamente como siento mi escritura: un don que he recibido y que me impulsa magnéticamente. También estoy segura de que mi mamá sigue viva en cada texto mío y que juntas escribimos, escribimos, escribimos y el sueño no termina...

"Tengo en mi todos los sueños del mundo."

(Fernando Pessoa)