Olhar – verdadeiramente – para o lado

 

Como gosto muito de histórias, envolvo-me, com frequência, em processos de introspeção estimulados pelos livros, séries ou filmes com que me vou cruzando. Há uns dias, assisti ao filme “On falling”, uma produção portuguesa e britânica acerca dos problemas da emigração, da exploração laboral e do isolamento das populações.

O filme deixou-me várias mensagens, além das óbvias, expressas na sinopse. Vivemos num mundo em que a pressão dos resultados predomina em todas as esferas de atuação. O ser humano é visto como um número, dando-se primazia ao trabalho e ao dinheiro, em detrimento da saúde e da qualidade de vida. A certa altura, perdemos o horizonte e andamos a patinar, em falso, na roda do rato, num movimento eterno de piloto automático que nos esvazia por dentro.

Quando penso nisto, assusta-me a perspetiva de nos tornarmos uma sociedade cada vez menos conectada à vida. Parece que estamos bastante anestesiados com isto de seguir as modas e os ritmos alheios, esquecendo-nos de olhar para nós. Além disso, desabituámo-nos a olhar – verdadeiramente – para o lado para perceber, de facto, se o outro está bem, se precisa de ajuda. Não basta olhar para julgar, comparar e desdenhar…

Recordo-me, neste contexto, de um episódio que vivi, no passado. Cruzando-me com uma colega da vizinhança que não via há algum tempo, perguntei, de forma “mecânica”, se estava tudo bem. A rapariga respondeu que não e eu fiquei hesitante, mas como estava em piloto automático, continuei o meu percurso – na verdade, quando fiz a pergunta não estava, de facto, à espera de saber a resposta. Esta cena marcou-me e fez-me sentir mal, pela minha falta de cuidado para com aquela pessoa. Já se passaram muitos anos, mas ao ver o filme, voltei a esta memória, refletindo sobre o poder da empatia e da compaixão. Por vezes, a nossa atitude pode fazer uma grande diferença na realidade do outro.

No fundo, acredito que não é nada de demasiado complicado ou fora do nosso alcance. Trata-se de desligar um pouco mais do acessório, dos ecrãs e das críticas. Respirar fundo e ver, de verdade, o que está a acontecer, conosco e com a vida, no seu todo.

"O único momento em que é lícito olhar uma pessoa de cima para baixo: quando queremos ajudá-la a levantar-se."

(Papa Francisco)

Texto en Español

Mirar - verdaderamente - para el lado

Como me gustan mucho las historias, a menudo me involucro en procesos de introspección estimulados por los libros, series o películas con las que me cruzo. Hace unos días, vi la película "On falling", una producción portuguesa y británica sobre los problemas de la emigración, la explotación laboral y el aislamiento de las poblaciones.

La película me dejó varios mensajes, además de los obvios, expresados en el sinopsis. Vivimos en un mundo donde la presión de los resultados predomina en todas las esferas de actuación. El ser humano es visto como un número, dando primacía al trabajo y al dinero, en detrimento de la salud y de la calidad de vida. En cierto punto, perdemos el horizonte y andamos patinando, en falso, sobre la rueda del ratón, en un eterno movimiento de piloto automático que nos vacía por dentro.

Cuando pienso en ello, me asusta la perspectiva de que nos volvamos una sociedad cada vez menos conectada a la vida. Parece que estamos bastante anestesiados con esto de seguir las modas y los ritmos ajenos, olvidando mirarnos a nosotros mismos. Además, ya no sabemos mirar - verdaderamente - para el lado para percibir, de hecho, si el otro está bien, si necesita ayuda. No basta con mirar para juzgar, comparar y despreciar...

Recuerdo, en este contexto, un episodio que viví en el pasado. Cruzándome con una compañera del barrio que no veía desde hace tiempo, le pregunté, de forma "mecánica", si todo estaba bien. La chica respondió que no y yo como estaba en piloto automático, segui mi camino - de hecho, cuando hice la pregunta no estaba realmente esperando saber la respuesta. Esta escena me marcó y me hizo sentir mal por mi falta de cuidado hacia esa persona. Han pasado muchos años, pero al ver la película, volví a este recuerdo, reflexionando sobre el poder de la empatía y la compasión. A veces, nuestra actitud puede hacer una gran diferencia en la realidad del otro.

En el fondo, creo que no es nada demasiado complicado o fuera de nuestro alcance. Se trata de desconectar un poco más del accesorio, de las pantallas y de las críticas. Respirar profundo y ver, de verdad, lo que está pasando con nosotros y con la vida en su totalidad.

"El único momento en que es lícito mirar a una persona de arriba abajo: cuando queremos ayudarla a levantarse."

(Papa Francisco)