Está quase
Acordo a meio da noite a pensar
que já é dia – o dia. Respiro fundo três vezes, volto a adormecer e desligo da
ficha – a tomada que me liga à Terra e me faz semelhante aos outros mortais.
O frio na barriga tem aparecido
mais vezes e, depois, lá me lembro de respirar de forma consciente – é a nossa
melhor arma e parece que nos esquecemos disso! Sofro, como a maioria das
pessoas, de uma tal mania do controlo, característica do ser humano por via da
evolução (ou não) da espécie, e que costuma afigurar-se como uma chata de
primeira ao infernizar as previsões de felicidade da malta.
As rotinas dão as cartas e as
vinte e quatro horas de uma jornada passam sem eu dar conta. E, pelo meio dos afazeres,
vou magicando - é mais forte do que eu! Não consigo controlar a tentação de
imaginar como será aquele dia. Não
consigo deixar de sonhar com o (re) encontro – nos últimos tempos, é o meu
sonho favorito. Partilho, em parte, a emoção com os que me rodeiam, mas suponho
seja difícil de entender para quem nunca teve de viver longe das pessoas que
ama.
As saudades apertam o peito e
fazem-nos pensar que podemos desmanchar na hora do abraço almejado. Anseio por
gargalhadas, muitas, muitas! Espero aquela coisa
do choro fácil que me é intrínseca não estrague os planos porque a tipa tem tendência de se fazer presente
nos momentos mais especiais.
Nestas horas, a menina em mim ganha
forças e aguarda, desesperadamente, pelo instante em que os nossos olhares se
vão poder cruzar, de novo, sem ser através de um ecrã. Em que possa ser mais eu. Em que sejamos nós.
Está quase…
_______________________________________________________
Texto en Epañol
Casi, casi...
Me despierto al medio de la noche pensando que ya es día - el día. Respiro profundamente tres veces, vuelvo a dormirme y me desconecto del todo - el enchufe que me une a la Tierra y me hace semejante a los demás mortales.
El frío en la panza ha aparecido más veces y después me acuerdo de respirar de forma consciente - respirar es nuestra mejor arma y parece que nos olvidamos de eso! Sufro, como la mayoría de las personas, de una mania del control, característica del ser humano por la evolución (o no) de la especie, y que suele ser una pesada al infernizar las previsiones de felicidad de la gente.
Las rutinas dan las cartas y las veinticuatro horas de una jornada pasan sin darme cuenta. Y, por el medio de las tareas del cotidiano, voy imaginado - es más fuerte que yo! No puedo controlar la tentación de imaginar cómo será ese día. No puedo dejar de soñar con el (re) encuentro - en los últimos tiempos, es mi sueño favorito. Comparto, en parte, la emoción con los que me rodean, pero supongo que es difícil de entender para quien nunca tuvo que vivir lejos de las personas que ama.
Estrañar a alguién nos aprieta el pecho y nos hace pensar que podemos deshacernos en la hora del abrazo. ¡Anhelo por carcajadas, muchas, muchas! Espero aquella cosa del llanto fácil que es tan tipica mia no estropee los planes porque le gusta hacerse presente en los momentos más especiales.
En estas horas, la niña en mí gana fuerzas y aguarda, desesperadamente, por el instante en que nuestras miradas se van a poder cruzar, de nuevo, sin ser a través de una pantalla. En que pueda ser más yo. En seamos nosotros.
Casi... casi..
Comentários
Enviar um comentário