Ser vulnerável é… empoderador!

Há um documentário muito interessante no Netflix que tem como protagonista a investigadora americana Bené Brown*. Foi curioso perceber que já tinha visto, pelo menos, uma parte de uma palestra desta autora, há uns anos atrás no Youtube. Mas, como sempre, a leitura dos estímulos varia em função do momento exato da nossa existência - os entendidos costumam dizer que nada é por acaso, e começo a juntar-me a eles nessa crença, com o avançar da maturidade.

É engraçado pensar que quando somos mais novos é muito cool mostrar a nossa veia racional acima de tudo - mesmo que, por dentro, estejamos feitos num caco ou, pior do que isso, nem saibamos como nos sentimos, de verdade. Uma amiga minha usou, há uns tempos, um termo que me ficou na mente: “zombies emocionais”. São os que circulam por aí, esbarrando nas experiências, mas sem se deixarem tocar, profundamente, por elas. Aliás, todos nós já fomos (ou somos) um pouco assim, em algumas fases do percurso.

Pois é… porque viver, no seu todo, não é como nos filmes, em que os protagonistas saltitam de nuvem em nuvem, aos pinchos de tanta harmonia – até enjoa! No mundo real - mais real para uns do que para outros - viver implica sentir, até às entranhas, a dor e o êxtase, o orgasmo das emoções - se nos permitirmos passar dos preliminares, metaforicamente falando.

É preciso muita coragem para ser vulnerável, sem sombra de dúvida! A Bené Brown fala exatamente disso e apresenta uma nova perspetiva do lado frágil que nos torna, ainda mais, humanos. Se deixarmos cair as capas de heróis – não as subestimo porque continuam a ser necessárias, tantas e tantas vezes – as maquilhagens, as armaduras que nos protegem a nós e aos outros (julgamos!), podemos atingir um estado muito perto da verdadeira essência. A chamada vulnerabilidade que nos revela quem nós somos e que, parecendo aterrador, funciona como uma catapulta de poder.

Explicando melhor: quando me mostro ao mundo, exatamente como sou, com todos os medos, remoinhos e defeitos, a tendência é para o despertar de uma força vital, que me acolhe por inteiro. O segredo é aceitar a ajuda e o abraço da vida que nos recebe com o melhor dos remédios: o amor.

Ser vulnerável não é ser fraco, como se possa equacionar. Ser vulnerável é intensamente empoderador e gratificante.

“A ferida é o lugar por onde a luz entra em ti.”

(Rumi)

*Palestra da Brene Brown https://www.ted.com/talks/brene_brown_the_power_of_vulnerability?language=pt

Texto en Español

Ser vulnerable es… ¡empoderador!

Hay un documental muy interesante en Netflix protagonizado por la investigadora estadounidense Bené Brown *. Fue curioso darme cuenta de que ya había visto, al menos, una parte de una palestra de esta autora, hace unos años en Youtube. Pero, como siempre, nuestra lectura de los estímulos varía según el momento exacto de nuestra existencia, los expertos suelen decir que nada es por casualidad, y empiezo a unirme a ellos en esta creencia, con el avance de la madurez.

Es curioso pensar que cuando somos más jóvenes es genial mostrar nuestra vena racional sobre todo, aunque por dentro, estamos hechos en un fragmento o, peor que eso, ni siquiera sabemos cómo nos sentimos realmente. Una amiga mía usó, hace un tiempo, un término que me quedó grabado: "zombis emocionales". Son los que circulan, tropezando con las experiencias, pero sin ser profundamente tocados por ellas. De hecho, todos hemos sido (o somos) un poco así, en algunas etapas de la vida.

Así es ... porque vivir, en su conjunto, no es como en las películas, los protagonistas saltan de nube en nube, con tanta armonía, ¡hasta se enferman! En el mundo real - más real para unos que para otros - vivir implica sentir, incluso en las entrañas, el dolor y el éxtasis, el orgasmo de las emociones - si nos dejamos llevar por los preliminares, metafóricamente hablando.

¡Se necesita mucho coraje para ser vulnerable, sin duda! Bené Brown habla, precisamente, de esto y presenta una nueva perspectiva del lado frágil que nos hace aún más humanos. Si dejamos caer las capas de héroes -no las subestimo porque siguen siendo necesarias, una y otra vez- el maquillaje, la armadura que nos protege a nosotros y a los demás, podemos llegar a un estado muy cercano a la verdadera esencia. La denominada vulnerabilidad que nos revela quiénes somos y que, de aspecto aterrador, funciona como una catapulta de poder.

Explicando mejor: cuando me muestro al mundo, exactamente como soy, con todos los miedos, remolinos y defectos, la tendencia es al despertar de una fuerza vital, que me acoge en su totalidad. Aceptar la ayuda y el abrazo de la vida que nos recibe con la mejor de las medicinas: el amor.

Ser vulnerable no es ser débil, como se puede pensar. Ser vulnerable es intensamente empoderador y gratificante.

"La herida es el lugar por donde entra la luz".

(Rumi)