No lugar certo



Tenho ouvido dizer que “estamos, sempre, no lugar certo, na hora exata!”, mas a minha mente racional-controladora-cética, como a de qualquer outro ser humano, recusa-se a acreditar, alegando que se trata de mais um dos clichés dos livros de autoajuda. Porém, desta vez, tive o privilégio de vivenciar um episódio que corroborou a ideia da presença, a cada passo.

Embora a temperatura tivesse descido, o dia tinha amanhecido solarengo – aqueles dias de inverno, deliciosos. Em vez de almoçar dentro do edifício, decidi apanhar um bocadinho de vitamina D e disfrutar de uns momentos de introspeção no Jardim Botânico.

Só por si, o facto de disponibilizarmos um pouco do nosso tempo para nos expormos ao ar livre – sobretudo para quem trabalha, em regime sedentário, muitas horas no computador – representa um enorme benefício para a saúde. Se a esse contexto adicionarmos outros elementos “mágicos”, então não há melhor!


A magia acontece a quem se entrega de coração aberto para a receber, não tenho dúvidas. Ora, sem dar por isso, comecei a almoçar, calmamente, tendo-me apercebido de um som melódico ali, ao lado. Virei a cabeça, pois não consegui conter a curiosidade, e avistei um homem e uma mulher tocando viola, algumas músicas conhecidas.

Na verdade, não interessam os rótulos. Não importa a relação daqueles indivíduos, as suas idades ou profissões. Também não consigo precisar o nome da dita viola, uma vez que sou demasiado leiga no que se refere a instrumentos musicais. O que gostaria de registar foi a alegria que esvoaçava por aquelas árvores, feito pó de pirlimpimpim

Se quisesse escrever um guião de um filme, o cenário não poderia ser tão perfeito. Dei por mim a pensar que a vida tem, de facto, coisas maravilhosas. O privilégio do improviso, o efeito da música no nosso cérebro e o foco no momento presente. Não trocaria esta refeição de marmita com comidinha de casa, sentada num banco de jardim, ao som de “Three litle birds” de Bob Marley, por nenhum restaurante com estrelas Michelin do mundo.

Para completar o cenário, vi um cão perneta, com o seu dono, parecendo bailar, satisfeito, ao ritmo do som do par de músicos – tal como eu. No final, resolvi agradecer-lhes pelo bálsamo que me brindaram nesta hora de almoço.

A vida pode ser mais feliz, se nos permitirmos. E, quando estamos no lugar certo, a magia mostra o ar da sua graça…

Don't worry about a thing
'Cause every little thing
Gonna be all right

(Bob Marley)

En el lugar correcto

He oído que "estamos, siempre, en el lugar correcto, en la hora exacta!" pero mi mente racional-controladora-escéptica, como la de cualquier otro ser humano, se niega a creerlo, alegando que se trata de otro de los dichos de los libros de autoayuda. Pero esta vez tuve el privilegio de vivir un episodio que corroboró la idea de la presencia, a cada paso.

Aunque la temperatura había bajado, el día había amanecido soleado - aquellos días de invierno, hermosos. En lugar de almorzar dentro del edificio, decidí tomar un poco de vitamina D y disfrutar de un momento de introspección en el Jardín Botánico.

Por sí solo, el hecho de que dediquemos un poco de nuestro tiempo a exponernos al aire libre - sobre todo para quienes trabajan muchas horas en el ordenador - representa un enorme beneficio para la salud. ¡Si a ese contexto añadimos otros elementos "mágicos", entonces no hay nada mejor!

La magia sucede a quien se entrega con corazón abierto para recibirla, no tengo dudas. Sin darme cuenta, comencé a almorzar, tranquilamente, habiendo percibido un sonido melódico allí, al lado. Giré la cabeza, porque no pude contener la curiosidad, y me di cuenta de que se trataba de un hombre y una mujer, tocando la guitarra, algunos temas conocidos.

En realidad, no importan las etiquetas. No importa la relación de aquellos individuos, sus edades o profesiones. Tampoco consigo precisar el nombre de la guitarra, ya que soy demasiado laica en cuanto a instrumentos musicales. Lo que me gustaría registrar es la alegría que revoloteaba por esos árboles, como el polvo de los cuentos de hadas…

Si quisiera escribir un guión de una película, el escenario no podría ser tan perfecto. Me encontré pensando que la vida tiene, de hecho, cosas maravillosas. El privilegio de la improvisación, el efecto de la música en nuestro cerebro y el enfoque en el momento presente. No cambiaría este almuerzo con comida casera, sentada en un banco de jardín, escuchando "Three Litle Birds" de Bob Marley, por ningún restaurante con estrellas Michelin del mundo.

Para completar el escenario, vi un perro com solo 3 piernas, que parecia bailar, contento, al ritmo del sonido de los músicos - tal como yo. Al final, decidí agradecerles por el bálsamo que me brindaron en esta hora de almuerzo.

La vida puede ser más feliz si lo permitimos. Y cuando estamos en el lugar correcto, la magia se muestra...


"Don’t worry about a thing
'Cause every little thing
Gonna be all right"

(Bob Marley)

Comentários

Mensagens populares